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El barrio de La Boca vivirá a "otro nivel"

El barrio de la Boca es uno de los más pintorescos de la ciudad de Buenos Aires, tanto por sus casas de variados colores como por el Riachuelo, la calle Caminito y por supuesto, Benito Quinquela Martín, quien mucho tuvo que ver en ese colorido.

Pero hay otro detalle que es característico: las veredas elevadas. Se las hacía así, porque en otros tiempos, eran zonas inundables y se levantaban las veredas para evitar el ingreso de agua a las viviendas.

El Ministerio de Espacio Público porteño puso en marcha un plan de mejoramiento en 16 cuadras del barrio de La Boca. La intervención se realizará en tres tramos de calles importantes del barrio, para nivelar y evitar subidas y bajadas, que dificultan el desplazamiento de personas mayores, con sillas de ruedas o carritos de bebés.

La intención es ensanchar las veredas, eliminar desniveles, instalar rampas y sumar luminaria, para que recorrerlas sea más cómodo.

Se trata en muchos casos de cuadras con un formato “viejo” y muy típico de algunos sectores de La Boca: cuadras cuyas veredas están muy elevadas respecto de la calzada, con escalones altos y muchos obstáculos para los peatones y el reclamo de los vecinos es de larga data, hasta que finalmente se tomaron cartas en el asunto.

“Nuestro compromiso es transformar el espacio público para que todos puedan transitar de manera segura, cómoda e inclusiva. La Boca merece calles y veredas pensadas para las personas”, destacó Ignacio Baistrocchi, ministro de Espacio Público e Higiene Urbana.

Los trabajos ya arrancaron sobre la calle Irala. Se prevén intervenir unos 7.700 m2 de espacio público accesible, 58 vados y cruces seguros que incluyen 14 nuevas rampas. Además, la incorporación de más superficie absorbente, mejoras en el sistema pluvial y potenciación de la iluminación de las veredas.

Tras el tramo de Irala, el año que viene continuarán los trabajos en Brandsen y en Aráoz de Lamadrid.

El barrio sufrió una importante transformación en este sentido en 2010, cuando se intervino a fondo la avenida Regimiento de Patricios, cuyo histórico diseño era propio de un “sube y baja”. Entonces, se elevó la calzada para ponerla a nivel de las veredas, que también fueron emparejadas. En ese marco, se mejoró el sistema de control de las inundaciones, otro de los dramas que vivía esa zona de la Ciudad. Desde el cambio de fisonomía, Patricios mejoró considerablemente su entorno, lo que implicó cierta reactivación para los comercios, entre otros beneficios.

Susana Espósito - 2507 caracteres – Jueves 04/12/25 - Fuente consultada: Clarín