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Inauguran una muestra ideal para los amantes de la magiaEl 19 de julio, a las 12, en la Sede Casa Fernández Blanco (Hipólito Yrigoyen 1420) se inaugurará una muestra en la que serán exhibidas máquinas, objetos y vestuario que fue utilizado por uno de los grandes referentes de la magia, Fu Manchú.
Para estos últimos, el ilusionismo representó la mejor vía de escape, ya que, por unos centavos, los hacía partícipes “del más grande espectáculo de magia”, donde no cabía el dolor sino la sorpresa y el asombro y donde los magos, esos seres rutilantes, temibles y sobrenaturales, cada noche, hacían que la fantasía fuera posible. David Bamberg (1904-1974), conocido como Fu Manchú, fue el más grande ilusionista de los escenarios argentinos del siglo XX. Heredero de una dinastía de magos holandeses, construyó un arte profundamente teatral, visual y humorístico, hecho de asombro y precisión. La muestra reúne los restos materiales de sus shows: trajes, máquinas ilusorias y objetos que hacían posible lo imposible. En tiempos de lo digital y las realidades virtuales, estas artesanías análogicas del asombro, nos hablan de una época en donde la construcción de ilusiones se realizaba con la colaboración de numerosos técnicos y artesanos, requería una alta pericia e imaginación, ensayos, riesgo, secretos aún hoy no revelados y una gran complicidad con los espectadores. David Tobias "Theodore" Bamberg conocido bajo el pseudónimo de Fú-Manchú, había nacido en Derby, Inglaterra, el 19 de febrero de 1904. Fue un ilusionista y actor británico. Era el mayor de los hijos del ilusionista holandés Tobias "Theo" Leendert Bamberg (1875-1963) apodado artísticamente Okyto y de su esposa Lillian Poole. David hizo su primer truco en público cuando tenía cinco años de edad en una reunión de la Sociedad Estadounidense de Magos y fue el inicio de su carrera como mago e ilusionista.
Se retiró de los escenarios a mediados de los 60. En 1968 se instaló en Riobamba 143, donde abrió el Centro Mágico Fu-Manchú y su Escuela de Magia. El local fue tienda de venta de trucos, juegos, chascos y cotillón, pero también un importante punto de encuentro de enseñanza y difusión de la magia. Tras su muerte, el 19 de agosto de 1974, el cuidado quedó a cargo de su compañera, Lola Fu-Manchú (Dolores Cámara). Según trascendidos, Fu Manchú había sido sepultado en el cementerio de la Chacarita, pero su última pareja dejó de pagar la cuota y el sepulcro fue abandonado y posteriormente desaparecido. Susana Espósito - 3221 caracteres – Jueves 17/07/25 |