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Obras de restauración y puesta en valor del Bar Plaza Dorrego
Situado en la esquina de Defensa y Humberto Iº en el barrio de San Telmo, existía el emblemático Bar Plaza Dorrego, que cerró sus puertas hace más de dos años. Ahora se pusieron manos a la obra para su recuperación y puesta en valor que le permitirá volver a abrir sus puertas en octubre próximo.
Nadie se explicaba por qué había cerrado este icónico bar, frente a la Plaza Dorrego, si siempre tenía sus mesas ocupadas, tanto por habitués como por los turistas que suelen recorrer San Telmo y disfrutar allí de un café o una cervecita con maníes.
La noticia de su reapertura ha sido un motivo de alegría para los vecinos y para todos los porteños que amamos la historia de nuestra ciudad, siendo San Telmo uno de los barrios más antiguos que aún conservan sus construcciones antiguas, sus calles adoquinadas, la feria, el candombe y el tango, entre otras costumbres bien porteñas, de las cuales "El Dorrego" forma parte.
Este bar ha sido testigo de casi un siglo de encuentros, charlas, literatura y tango. Entre las figuras relevantes que alguna vez se sentaron a sus mesas, podemos citar a Borges, Sábato, Joan Manuel Serrat, políticos, deportistas.
El bar fue fundado en 1920 y tuvo distintos nombres hasta que adoptó el que lo hizo célebre, Dorrego, a fines de la década del 40. En 2015, fue restaurado para devolverle parte de su esplendor original. La idea era protegerlo como patrimonio y convertirlo en una vidriera de la identidad porteña.
Desde entonces, el Dorrego funcionaba bajo una concesión privada. Fue sede de charlas literarias, conciertos íntimos, ferias editoriales y, por supuesto, refugio de vecinos y turistas. Hasta que un día, sin previo aviso, cerró. Muchos se enteraron por las persianas bajas. Otros, por los carteles en las ventanas y la pregunta se repitió en los alrededores: ¿Qué pasó con el Dorrego? Durante meses no hubo respuestas claras. Algunas versiones hablaban de problemas con la concesión; otras, de decisiones administrativas.
En ese contexto, la noticia de la reapertura generó entusiasmo. Pablo Durán, quien ya administra el restaurante El Federal y otros bares notables, se hizo cargo y anticipa que la idea es respetar la identidad del Dorrego: mantener la ambientación original, conservar las prácticas tradicionales del café porteño y devolverle al bar su rol de espacio cultural.
"El Dorrego va a volver a ser lo que fue: un lugar de encuentro, con una carta simple pero cuidada, con café, medialunas, copas y picadas", señala Durán. Y agrega que uno de los desafíos será volver a conectar con los vecinos del barrio, que son quienes le dan vida al lugar más allá del atractivo turístico.
El proceso fue largo porque, además de poner el espacio en condiciones para su funcionamiento, la intención fue preservar su esencia. “Todo el aspecto del mobiliario del negocio va a quedar original como estaba. Se lo está reparando, pero dentro de toda su originalidad. No se cambió absolutamente nada, se está restaurando, poniendo en valor todo. Vas a entrar y vas a ver todo como era. Pero con un negocio que funcione, que va a tener baños como la gente, una cocina como la gente, va a poder hacer una propuesta gastronómica”, explica Durán. Y reconoce: “No es lo mismo que hacer una obra nueva, lleva mucho más tiempo, hay que trabajar con personal muy especializado y se tarda. Pero bueno, estamos tratando de ver si podemos abrir ya entre septiembre y los primeros días de octubre”.
Susana Espósito - 3480 caracteres – Viernes 08/08/25
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