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    La huella del ADN
    herramienta fundamental para la investigación

    En la última semana, mucho se habló de dos posibles jovencitas que podrían ser hijas de Diego Armando Maradona y se someterían a un análisis de ADN, que permitiría saber si es así o no. Pero más allá de este caso, el estudio de ADN ha sido de suma importancia para resolver otros temas.

    ADNMediante una muestra de sangre, saliva, cabello, se puede detectar el ADN de las personas y cabe destacar que este descubrimiento ayudó, por ejemplo, a reconocer a ex combatientes de Malvinas que habían sido sepultados en el Cementerio de Darwin y se desconocía su identidad; también sirve para resolver crímenes y otras cuestiones con mayor facilidad.

    Este año se cumplieron 37 años desde que Sir Alec Jeffreys descubrió la huella del ADN, que ha sido revolucionario en la forma de investigación de delitos y ha sido clave para establecer la culpabilidad o inocencia de muchos casos. "Fue un verdadero momento de Eureka. Treinta segundos que cambiaron literalmente mi vida", dijo Sir Alec.

    Alec John Jeffreys, miembro de la Royal Society (Oxford, Reino Unido, 9 de enero de 1950) es un genetista británico que desarrolló las técnicas de la huella genética y del perfil de ADN que, en la actualidad, son usadas por la ciencia forense para ayudar a la policía en sus trabajos de investigación. La misma técnica se ha demostrado muy útil para resolver litigios sobre paternidad. Es catedrático de Genética en la Universidad de Leicester y recibió las llaves de dicha ciudad el 26 de noviembre de 1992. En 1994 fue nombrado caballero de la Orden del Imperio Británico por la reina Isabel II en reconocimiento por sus contribuciones al mundo de la ciencia y la tecnología.

    ¿Cómo llegó a ese descubrimiento?

    En el laboratorio de Leicester, el 10 de septiembre de 1984, hacia las 9 de la mañana, examinando unas placas de rayos-X realizadas sobre un experimento de ADN cuyas muestras se obtuvieron de varios miembros de la familia de su ayudante, advirtió inesperadamente las similitudes y diferencias en el ADN de los distintos miembros del conjunto. Transcurrida, aproximadamente, media hora, se dio cuenta de la importancia de lo que estaba observando, ya que las variaciones en el código genético servían para identificar inequívocamente a los individuos. El método se demostró muy útil para la ciencia forense, así como para resolver indubitadamente conflictos de paternidad. La técnica también puede ser utilizada estudios de genética de poblaciones en especies no humanas. El laboratorio de Leicester fue el único centro en todo el mundo que realizó pruebas de esta clase desde 1984 hasta que se comercializaron sus técnicas en 1987.

    A pocos meses de este descubrimiento, fue de gran ayuda para resolver casos complicados de inmigración y también de paternidad. Esto generó un gran impacto en la ciencia forense.

    Sir Alec recuerda algunos de los primeros casos en los que se implementò su descubrimiento:

    "Una abogada tenía una disputa de inmigración difícil. Ella me escribió y me preguntó si había alguna posibilidad de que pudiera usar esta huella de ADN para ver si se podía establecer una relación entre esta familia y un niño, que estaba siendo amenazado con la deportación". “Fue así como logramos demostrar que el niño era parte de la familia”.

    Las huellas genéticas de ADN fueron pronto resolviendo no solo los casos de inmigración, sino también las disputas de paternidad y crímenes, como el asesinato y la violación.

    Pero las pruebas de ADN no son suficientes por sí solas. Como dice Sir Alec, el ADN "tiene su contexto. “El ADN no dice nada acerca de la culpabilidad o la inocencia, solo trata de establecer si la muestra A provenía de la persona B, o no. Puede hacerlo con exquisita precisión, pero depende del juez determinar la inocencia o culpabilidad en todas las pruebas, no solo en el ADN”.

    En 1987, Michael Morton fue condenado a un crimen que no cometió: lo condenaron a cadena perpetua por el asesinato de su esposa. Christine Morton fue violada y asesinada en su cama una mañana, después de que Michael se había ido a trabajar.

    La larga lucha de Morton para limpiar su nombre mediante el uso de pruebas de ADN se inició en 1990, cuando se examinó en primer lugar una muestra de semen tomada de la cama. Como era de esperar, la muestra igualó su propio perfil de ADN, lo cual era bastante probable ya que el crimen ocurrió en la cama marital.

    "Cuando fue asesinada mi esposa", dijo Morton, "el hombre que la mató limpió la sangre derramada fuera de sí mismo en un pañuelo y lo dejó caer cuando salió de la escena." La policía había recuperado el pañuelo en una construcción situada a unos 100 metros de la casa de los Mortons. Pero no fue hasta 2010 que Michael tuvo permiso para que sea examinado. Las pruebas de ADN revelaron que el pañuelo contenía sangre de Christine Morton, pero también el ADN de un hombre que no era Michael.

    Después de 25 años encarcelado por un delito que no cometió, distanciado de su hijo y habiendo perdido a su esposa, Michael Morton fue finalmente un hombre libre.

    Es así como seguimos celebrando los avances tecnológicos en genética que permiten la aclaración rápida y eficiente de casos delictivos que podrían impactar la vida de muchas personas.


    Susana Espósito - Publicada el Martes 14/09/21 - 5245 caracteres