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    Doce argentinos siguen varados en un crucero

    El 6 de marzo, el Crucero holandés "Zaandam" había partido del puerto de Buenos Aires con destino a Chile, pero la pandemia de Coronavirus los sorprendió en medio de lo que sería un viaje de placer y se convirtió en el viaje del terror. Entre los 1.800 cruceristas hay 12 argentinos que aún no saben cuándo podrán regresar al país.

    En el crucero fallecieron 4 personas y eso ha generado un gran temor a quienes están atrapados en camarotes, muchos de ellos sin ventanas, a la espera de novedades acerca de su repatriación.

    Crucero ZaandamEl barco que había salido de Buenos Aires, una vez que detectó los casos positivos de Covid-19 no fue aceptado en ningún puerto. De los 1.800 pasajeros, 1.200 fueron liberados tras gestiones de las cancillerías y consulados de varios países. Por eso, los australianos, los franceses, ingleses, canadienses, alemanes, holandeses, chilenos y de origen asiático ya están en sus casas luego de ser enviados en varios vuelos charter. Ahora quedan 400 pasajeros a bordo que piden por favor que se aceleren los trámites de repatriación porque la situación se hace insostenible.

    El viaje en el Zaandam era por 30 días. Salieron el 7 de marzo y debía llegar el 7 de abril a Fort Lauderdale, donde se encuentran ahora anclado. Cancillería argentina está tratando de llegar a una negociación lo antes posible para liberar a los argentinos aislados ya que este lunes a la medianoche (hora de los Estados Unidos) venció el plazo para que el barco continúe amarrado al puerto. En caso contrario, deberá volver a navegar.

    Abel Leguizamón es un periodista argentino que se encuentra a bordo del crucero junto con otros compatriotas y se ha contactado con algunos medios a los que comentó: “Seguimos a bordo de un barco fantasma que por ahora y sólo por unas horas más permanece en el puerto de Fort Lauderdale, en Miami”.

    Entre los 400 pasajeros que permanecen en el barco hay una psicóloga, un periodista, un guía, un contador público, tres músicos y cuatro jubilados argentinos. El crucero es de la empresa Holland América. Las edades van desde los 29 a los 80 años, es decir, con alto riesgo de contraer el COVID-19, el virus que mató a cuatro pasajeros y contagió a otros 20. Leguizamón asegura que ninguno de ellos se ha infectado. Sin embargo, el 20% de los turistas se ha contagiado.

    Entre un pedido de ayuda y desesperación, Leguizamón logró enviar un mensaje desde el crucero y detalló la situación de los 12 argentinos en el Zaandam. “La mayoría duerme debajo de la enfermería, por donde pasaron esos muertos, permanecieron y permanecen todavía hoy, personas infectadas”, relata el periodista.

    Abel también comentó que la mayoría de los argentinos se encuentran confinados en una cabina “sin luz natural ni aire puro desde el 21 de marzo (hace exactamente 17 días)”, y agregó que los camarotes tienen tres metros cuadrados para dos personas. La angustia de los argentinos en el crucero es cada vez mayor ya que no los dejan bajar a tierra. “Nos sentimos cada vez más deteriorados física y mentalmente”, asegura el periodista cordobés de 45 años, quien viajaba junto con una banda de músicos.

    La última vez que los pasajeros pudieron descender fue el 14 de marzo en Punta Arenas, en Chile cuando a los turistas les informaron que había muertos e infectados por COVID-19 en el Zaandam. Desde entonces, todos los puertos se cerraron hasta llegar a Florida. “En alta mar (durante los días de nuestro viaje de Valparaíso a Miami) no contamos con Internet por lo que además quedamos aislados”, comenta Leguizamón.

    Cuando volvieron a subir les informaron que ahí había terminado el crucero porque había casos de influenza. En ese momento, en Chile también habían cerrado las fronteras. Antes, habían desembarcado en las Islas Malvinas cuando en principio el crucero debía haber amarrado en Ushuaia, pero tuvieron que seguir de largo.

    Finalmente, Panamá hizo una excepción para cruzar el Canal y así dirigirse a Fort Lauderdale, a unos 10.000 kilómetros de Buenos Aires, donde la compañía holandesa tiene una de sus sedes centrales. En el Canal, el Rotterdam, otro de los cruceros de la misma empresa, se acercó para proveer alimentos y varios de los pasajeros se cambiaron de barco, incluyendo algunos argentinos que estaban en el Zaandam.

    Oficialmente, el crucero se encontraba a la deriva desde el 22 de marzo, cuando había informado el deceso de cuatro pasajeros mientras otras personas estaban con síntomas.

    Los gobiernos de Argentina y Uruguay están predispuestos para repatriarlos en un mismo vuelo pero Holland no se hizo cargo del chárter. Los familiares de los argentinos varados en el exterior podrán llenar un formulario en la web de Cancillería para que sean repatriados. Hasta ahí concluye el trámite.


    Susana Espósito - Publicada el Miércoles 08/04/20 - 4757 caracteres