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    Historia del rugby
    y el por qué de la pelota ovalada

    El rugby es un deporte de contacto en equipo, creado por William Webb Ellis, en Inglaterra, donde tomó ese nombre a partir de las reglas del fútbol elaboradas en el colegio de la ciudad de Rugby (Rugby School) en el siglo XIX.

    Es un deporte de considerable y antigua difusión en Argentina. En 1873 se jugó el primer partido de rugby y en 1899 se fundó la River Plate Rugby Championship, antecesora de la Unión Argentina de Rugby.

    En el rugby se enfrentan dos equipos de quince jugadores cada equipo (aunque hay una variación para un juego de siete). El campo de juego tiene forma rectangular y es de césped (aunque puede ser de arena, tierra, nieve o césped artificial). Sus medidas son de un máximo de 95 metros de largo y 65 de ancho. Al campo de juego se le suman dos áreas, la zona de anotación (o in-goal), en cada uno de los extremos, de no más de 22 metros cada una, destinada a apoyar la pelota para obtener el try o "ensayo", principal anotación del juego.

    En los dos extremos del campo, en el centro de la línea de anotación, se encuentran instalados dos postes separados entre sí por 5,6 metros y unidos por un travesaño situado a 3 metros de altura. Los postes deben tener un mínimo de 3,4 metros de alto, lo que le da al conjunto de los tres palos una forma de H.

    La pelota o balón es de forma ovalada, está construida con cuatro gajos de cuero o material sintético parecido y pesa algo menos de medio kilo. Esta pelota se denomina “guinda” y la forma oval la hace única, no solo por imagen sino que, además, hace que su pique contra el suelo sea irregular e impredecible. Y si bien su aspecto ya es natural hoy en día ¿de dónde proviene el mismo? De una vejiga de cerdo, que tiene esa forma.

    La verdad es que las guindas son redonditas, así que hubiese sido más lógico llamarla huevo, sandía, kiwi, aceituna, pero… se la llamó guinda, porque las primeras pelotas de rugby que llegaron a Argentina eran de la marca GUINDER, (cosidas a mano) y la gente comenzó a llamarlas “la guinda”, término más utilizado en Buenos Aires, ya que entraban a través del puerto.

    Según cuenta la historia, el primer balón, aquel con el que William Webb Ellis (creador del deporte) corrió por los campos de la Rugby School, situada en la ciudad homónima, fue confeccionado por William Gilbert, un zapatero habitante de la zona.

    Gilbert, que poseía su local ubicado en las cercanías de la escuela en la calle Saint Matthew's, se ganaba la vida vendiendo calzados a los alumnos y notó que podría incrementar sus ingresos al encargarse de la fabricación de pelotas de cuero.

    Así fue que tanto él como Richard Lindon, otro de los pioneros en la manufactura de balones, se transformaron en los proveedores del colegio.

    Eran de cuatro gajos de cuero cosidos a mano, que luego se dejaban secar. Así se fabricaba la envoltura en la que se introducía una vejiga y luego se la inflaba a pulmón a través de una boquilla de pipa. Para finalizar, se cerraba el orificio de la envoltura con un cordón de tiento dando lugar a un balón no del todo redondo ni del todo puntiagudo, muy lejos de su forma actual.

    Con el paso del tiempo, el propio Lindon fue perfeccionando su invento hasta crear una cámara de goma más resistente, que era muy difícil de inflar con la boca. Es por ello que además desarrolló una bomba de mano de cobre (antecesor del inflador de mano).

    Antes de 1880 había varios fabricantes de bolas de cuero en Inglaterra que utilizaban el mismo proceso, copiado de su creador. Richard Lindon, que intentó reclamar el invento de los balones de rugby y su forma distintiva oval como propio, pero lamentablemente para él no patentó pelota ni la vejiga ni la bomba.


    Susana Espósito - Publicada el Sábado 25/05/19 - 3696 caracteres