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  • Viajar bien tiene su precio

    Los porteños sabemos que los transportes públicos han sufrido, a lo largo del tiempo, un deterioro importantísimo y eso se tradujo en viajes inseguros, poco confortables, con hacinamiento, etc. Mejorar los transportes y ofrecer un mejor servicio tiene su precio, pero es moneda corriente que los argentinos quieran tener esos beneficios y seguir pagando lo mismo.

    Durante la gestión macrista, el Gobierno de la ciudad, tomó este tema como una prioridad de agenda e implementó el Metrobus, que mejoró y agilizó los viajes de quienes todos los días se trasladan en colectivos. El traspaso de los subtes, de la Nación a la Ciudad, también permitió mejorar notablemente las redes de subterráneos, que incorporaron nuevas formaciones, con mayor seguridad y confort, se mejoraron las estaciones e incluso, la línea H ha favorecido a muchísimos usuarios que a diario se trasladan desde la zona norte a la zona sur de la ciudad y viceversa, posibilitando además, combinaciones con otras líneas.

    Las bicisendas, tan criticadas, han demostrado que desde que se pusieron en marcha, con gran cantidad de bicicletas que se ofrecen en forma gratuita, han despertado en muchos porteños un nuevo hábito, una nueva manera de desplazarse por la ciudad que redunda en un beneficio para su salud y además, una forma de evitar embotellamientos de tránsito y llegar, a veces, más rápido que en colectivo o taxi.

    Pero el tema es que el porteño tiene esa costumbre de no admitir que lo bueno hay que pagarlo. Se paga sin chistar el abono de telefonía celular, los servicios de televisión HD, etc y no se tiene en cuenta lo que es realmente importante y valorable. Todas las mejoras que están a la vista han significado importantes inversiones y mantenerlas, también tiene un costo.

    De acuerdo a datos oficiales, la recaudación de la venta de boletos de los trenes de todo el país, cubre solo el 6% de los gastos. El 94% restante es cubierto con subsidios públicos.

    "Los ingresos totales del sistema, que son boletos y alquileres comerciales, alcanzan para cubrir el 6% del total", dice Marcelo Orfila, presidente y CEO de la estatal Sociedad Operadora Ferroviaria (Sofse). La recaudación de la red depende, en primer término, de los boletos que pagan los usuarios. Sin embargo, aquella caja se resintió en los últimos años, sobre todo, después de la tragedia de Once.

    Hace diez días se terminaron de instalar molinetes en la línea Roca. A fin de año habrá alrededor de 100 estaciones en reparación, y con esas obras se desmontarán, por ahora, los sistemas de molinetes.

    Los subsidios en el transporte público significan otro desafío para el Gobierno, que intentará bajar los subsidios, en niveles casi imposibles, con el riesgo político de aumentar las tarifas.

    Según datos públicos del Ministerio de Transporte y de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), en los primeros ocho meses del año el sistema ferroviario argentino recibió sólo para pagar la operación alrededor de $ 14.608 millones, lo que significa 39% más que en el mismo período del año pasado. La Administradora de Recursos Humanos Ferroviarios, que concentra gran cantidad de los empleados de las líneas estatizadas, se llevó $ 9900 millones. La siguió el Operador Ferroviario Sociedad del Estado, que recibió transferencias del Estado por $ 3160 millones.

    Las dos concesionarias privadas, Metrovías y Ferrovías, recibieron subsidios por $ 461 millones y $ 937 millones, respectivamente, lo que significa una mejora de 59 y 39% sobre lo que les depositaron el año pasado. En 2015, según datos de la CNRT, corrieron 615.000 servicios y transportaron poco más de un millón de pasajeros por día hábil, que se repartieron en los 2102 trenes diarios. A eso se debería sumar el Tren de la Costa, que tuvo 2100 pasajeros por día.

    La tarifa del tren tuvo un aumento en abril de este año y quedó, en su versión mínima, entre 2 y 4 pesos, según el ramal del que se trate. Y si bien nadie piensa en el Gobierno en no tener un ferrocarril subsidiado, los más ambiciosos aspiran a tener algún sistema de actualización que, al menos, copie el impacto del aumento paritario para la actividad. Si madura el plan de inversiones que anunció la Casa Rosada por alrededor de 14.000 millones de dólares, y con esa progresión mejora la calidad del servicio y se reduce el tiempo de viaje, se podrá pensar en un boleto que sostenga un porcentaje mayor de los gastos de correr trenes en la Argentina.


    Susana Espósito - Publicada el Jueves 06/10/16 - 4444 caracteres