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  • Argentina y las dos caras de la moneda

    Cuando observamos la realidad que vivimos podemos descubrir como fue cambiando la escala de valores después de varias décadas y si se hubieran modificado para bien, todo sería distinto, pero esto no es así.

    Además de la inseguridad, la desigualdad social, la intolerancia, la corrupción y la inflación que devora día a día el sueldo del trabajador que no llega a fin de mes, surge la pregunta: cómo llegamos a esto?

    Hoy en día, Buenos Aires es un caos de piquetes y cortes de calles para manifestar diversas protestas, pero las cosas no cambian y encima de todo, tenemos que soportar a funcionarios que nos representan y nos avergüenzan en el mundo, porque a pesar de ser corruptos siguen ocupando un sillón del que es difícil desalojarlos.

    Como alguna vez decía Quino, en boca de alguno de los integrantes de la tira Mafalda: “Las cosas que hay que escuchar por llevar las orejas puestas”. Algunas de esas cosas fueron comparaciones entre los actuales gobernantes y héroes de la Patria.

    Por ejemplo, hace unos años, en un mensaje institucional difundido por el Ministerio de Desarrollo Social, se llegó a comparar a Néstor Kirchner con San Martín, diciendo:

    "Nacieron el mismo día, son dos estrategas y dos luchadores incansables de la libertad y la Justicia". El 25 de febrero nacieron dos gigantes de la Historia". "Los separan 172 años de historia. Uno fue bautizado el padre de la patria, el otro revivió el sentido de la palabra patria", dice el locutor en el video.

    Yo podría acotar que nací un 24 de agosto y no me creo Borges...

    También agregaban en el mismo video: "Uno dijo: «Serás lo que debas ser, o no serás nada». El otro [por Néstor Kirchner] respondió: «No pasarán a la historia aquellos que especulen, sino los que más se la jueguen». Y vaya si se la jugaron, fue una ruleta que siempre le hizo acertar plenos para engrosar sus patrimonios.

    Como en todo se predica con el ejemplo y por ello, recordaré una pequeña anécdota de San Martín: Cuenta la historia que un soldado le impidió a San Martín el ingreso al polvorín, porque el general mayor de la Patria tenía espuelas puestas que –con alguna chispa podían desatar un improbable incendio–. Cuando San Martín le dijo que él era el jefe y podía pasar por sobre esa regla, el soldado empuñó el sable y le reiteró que no podía pasar.

    Horas más tarde, tras la reflexión de rigor, San Martín felicitó al disciplinado soldado que hizo cumplir la regla aun ante la autoridad máxima del lugar.

    La presidente, Cristina, una vez bromeó con que le iba a pedir la renuncia al titular de YPF, Miguel Galuccio, si insistía en hacer cumplir el reglamento que obliga a todas las personas que ingresan a una refinería a vestir casco e indumentaria de seguridad. En un periódico se dijo que su "broma" se debía a que la señora no estaba dispuesta a afear su atuendo ante las cámaras para cumplir medidas de seguridad que todos deben cumplir... menos ella.

    También en cierta oportunidad, nuestra presidente se comparó con Sarmiento. En un discurso, en 2011 dijo que se sentía "la Sarmiento del Bicentenario", al anunciar la entrega de 3 millones de computadoras para estudiantes y docentes de escuelas secundarias públicas.

    Hay una notable diferencia, Sarmiento fue un gran educador que entre otras cosas impuso la educación primaria obligatoria, creó gran cantidad de escuelas y luchó por combatir el analfabetismo sin necesidad de tecnología, que bienvenida sea, pero no es elemental para quien quiere aprender.

    Tampoco podemos comparar a Sarmiento con algunos gobernantes actuales, cuyas declaraciones juradas no se ajustan a la realidad, porque lógicamente no pueden blanquearse los exorbitantes capitales que crecieron desmedidamente durante sus mandatos.

    Sarmiento, durante sus viajes diplomáticos, llevaba una rigurosa anotación de todos sus gastos, en los que incluso no olvidaba declarar los destinados a orgías.

    Disfrutaba de sus orgías en París y rendía puntillosamente como gastos. Claramente, Sarmiento no fue lo que se dice un "family man". Sus descripciones de la vida familiar en San Juan, muy lejos estaban de la alegría. Sarmiento padeció la vida familiar -de la cual quería escapar.

    Leopoldo Lugones decía que: "La cara de Sarmiento era un resumen de su carácter. Su espíritu esencialmente positivo, su tendencia absoluta a la acción, su concepto materialista de utilidad, su sensualismo, su panteísmo, su vivacidad, su impetuosidad colérica, dimanan visiblemente del conflicto de espíritu y materia que aquella cabeza manifestaba y ejercía una fuerte atracción sobre las mujeres, cuya devoción nunca le faltó".

    Era tan brutal su honestidad que en una carta, Sarmiento contaba que una tarde, mientras conversaba con Mariquita Sánchez de Thompson, dejó de oírla, empezó a mirar su cuerpo… y tuvo una erección que su pantalón, muy ajustado, no podía disimular. Y al final de la carta confesó: “Estuve cerca de violarla”. No lo hizo, pero, ¿qué hubiera pasado si lo hacía? A todo esto, Mariquita tenía setenta y cinco años, y Sarmiento andaba por los sesenta. Como se ve, Sarmiento no era sólo la espada, la pluma y la palabra…

    Finalmente, completando las comparaciones de nuestros actuales gobernantes con memorables héroes de la Patria, recordemos que también la presidente, alguna vez se sintió embelesada con una carta que la comparaba con Belgrano.

    Belgrano nunca recibió el merecido reconocimiento que bien se había ganado y por ello vale la pena hacer memoria de sus últimos tiempos de vida:

    Enfermo de hidropesía tuvo que abandonar el mando del ejército del norte y trasladarse desde Córdoba a Tucumán, donde manifestó que deseaba morir en Buenos Aires, por lo cual pidió ayuda al gobernador tucumano, Bernabé Aráoz, dos mil pesos para poder viajar, pero se le negaron.

    Gracias a su amigo, José Balbín, que le prestó el dinero, pudo volver a Buenos Aires en febrero de 1820, donde continuó sin dinero para enfrentar su enfermedad. Su amigo, el doctor Ramos Mejía, lo ayudó económicamente aunque se disculpó por la exigua suma que le ofreció, tan sólo trescientos pesos.

    Para entonces, el gobierno le debía a Belgrano los pagos por sus servicios en la lucha independentista. Por su heroica liberación de Jujuy, Tucumán y Salta, iban a darle unos 40.000 pesos oro, qué él quiso destinar a la construcción de cuatro escuelas en esa región. Sin embargo, el dinero fue desviado y nunca llegó a tales fines.

    "Muero tan pobre que no tengo con qué pagarle el dinero que usted me prestó", le dijo Belgrano a Balbín, quien lo había ido a visitar poco antes de morir. Pero ese dinero no lo perderá, el gobierno me debe algunos miles de pesos de mis sueldos, y luego que el país se tranquilice se los pagarán a mi albacea, quien queda encargado de satisfacer la demanda", continuó Belgrano.

    El día antes de morir, pagó a su médico, el doctor Redhead, con su reloj de bolsillo, que era lo único que tenía. Un reloj que estuvo expuesto en el Museo Histórico Nacional y hace unos años fue robado.

    Las condiciones de su muerte no se correspondieron con la dimensión de su obra y su espíritu de lucha y entrega.

    A las 7 de la mañana del 20 de junio de 1820 murió el creador de la bandera en la más extrema pobreza. Tanta, que la familia no tenía dinero para hacer la lápida de su tumba y se la improvisó con el mármol de una cómoda de su hermano Miguel Belgrano.

    Cuando varias décadas después le hicieron un mausoleo en el atrio de la Basílica Nuestra Señora del Rosario y Convento de Santo Domingo, debieron exhumar sus restos que descansaban en la Iglesia, para llevarlo a su nuevo sepulcro e inescrupulosamente, Los Ministros del Interior y el de Guerra (González y Riccheri) tuvieron la osadía de robar unos dientes de Belgrano.

    La revista 'CARAS Y CARETAS' publicó, incluso, las fotografías de todos los presentes, que permanecieron con los sombreros puestos (una irreverencia total). Una caricatura que aparecida en la famosa revista porteña mostraba a Belgrano saliendo de su tumba y señalando acusadoramente, con su índice, a los ministros mientras profería: '¡Hasta los dientes me llevan!

    ¿No tendrán bastante con sus propios dientes para comer del presupuesto?

    Cuando esto salió a la luz, se los intimó a devolverlos mediante un comunicado que decía: "Que devuelvan esos dientes al patriota que menos comió en su gloriosa vida con los dineros de la Nación".

    Cómo justificaron tremenda afrenta?
    Tanto González como Ricchieri admiradores del Gral Bartolomé Mitre (el Héroe que liberó al Paraguay de la tiranía de López..) robaron los dientes para que su admirado los observe.

    Ricchieri declaró que había retirado el diente del General Belgrano con el objeto de consultar al General Mitre sobre "la conveniencia de engarzarlo en oro, para colocarlo luego con los demás restos en la urna del monumento".

    Nada más alejado de estos ejemplos que algunos gobernantes actuales que se han hecho ricos con el esfuerzo del pueblo y no se ponen colorados aún cuando son descubiertos, ríen irónicamente a diferencia del gesto adusto de Sarmiento; cruzan la Cordillera en aviones y no a lomo de burro, pero no para liberar países sino para engordar sus cuentas en el exterior y a algunos que ya murieron, les rinden honores en faraónicos mausoleos donde sobran los mármoles y no hay necesidad de usar el de una modesta cómoda.

    Estas son las dos caras de la moneda de un solo país, el nuestro, el que tenemos pero no el que deseamos!!!


    Susana Espósito - Publicada el Miércoles 10/09/14 - 9399 caracteres