Las luces de mi ciudad

Buenos Aires es una ciudad encantadora que atrapa a los turistas que la visitan y nos llena de orgullo a los porteños, aunque a veces también la padecemos, porque hay caos de tránsito, porque es ruidosa, porque está bastante sucia y por tantas cosas más, pero aún así, la amamos.

Su paisaje arquitectónico urbano ha ido cambiando a lo largo de los años, adaptándose a los tiempos que corren y se enrejaron las plazas, se implementó el Metrobus, se arregló el entorno de las estaciones de trenes y también desde hace tiempo se están cambiando las antiguas luminarias por tecnología LED.

Ahora, el Obelisco, ícono de los porteños, también parece un faro que dispara rayos blancos hacia el cielo. Son cuatro ases de luz que giran y titilan. También se colocaron dos esculturas realizadas por la artista plástica, Marta Minujín, llamadas "Las Cícladas porteñas", inspiradas en figuras griegas.

Los árboles de la plaza Constitución fueron iluminados con LED de colores rojo, lila y azul y además de los árboles más altos cae una lluvia de luces blancas que simulan gotas de suave llovizna. En el Pasaje Santos Discépolo, que era bastante oscuro, pueden observarse luces en el piso, marcando un sendero que invita a ser recorrido, donde además se incorporaron nuevos bancos.

Uno de los objetivos del Gobierno de la ciudad es hacer de los espacios públicos, lugares más amigables para los porteños y poco a poco van alcanzando el objetivo, seguramente quienes visiten nuestra ciudad tendrán siempre el deseo de volver, porque Buenos Aires es única e inolvidable, como decía Nacha Guevara cuando cantaba "Las luces de mi ciudad": Yo extraño mi ciudad, las luces de mi ciudad, su brillo, su resplandor, No puedo olvidar.

Susana Espósito - Publicada el 03/12/13 - 1729 caracteres